sábado, 19 de diciembre de 2009

Ideario del Colegio

PRESENTACION

1.1. San Antonio María Claret, fundador de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (Misioneros Claretianos) al reflexionar hondamente sobre la infancia y juventud, recalcó la importancia que la acción educadora había tenido en su vida y se mostró particularmente interesado en el problema educativo.
Durante su estancia en la Corte de Madrid ‑España‑ trató de influir, con todos los medios a su alcance, en los planes de educación. Aportó, además, ideas originales en sus escritos y en las instituciones que creó y dirigió. Tal es el caso de las dos Congregaciones Religiosas que fundó y a las que encargó, entre sus ministerios, el Apostolado de la educación.
1.2. Fieles a este espíritu de su fundador, los Misioneros Claretianos se han dedicado a la educación en el mundo entero y sienten, en los momentos actuales, la necesidad de responder y actualizar los objetivos básicos de su tarea educadora.
Queriendo, pues, ser útiles a nuestra sociedad pluralista, ofrecemos al hombre de nuestro tiempo un Ideal de Escuela Católica, basado en los derechos del hombre, la doctrina de la Iglesia Católica y la propia tradición claretiana.
1.3. Cuatro principios fundamentan el presente Ideario que los Colegios Claretianos ofrecen a sus alumnos en el Perú, a los Padres de Familia y a cuantos colaboran en la acción educativa apostólica claretiana.
Todo ser humano, sin discriminación de ninguna clase (social, racial, filosófica, económica, etc.) tiene derecho a recibir la educación más apta para el desarrollo de toda su personalidad.
En las primeras edades de la vida, cuando el alumno no ha conseguido todavía su madurez de elección y su autonomía, son los Padres de Familia quienes tienen derecho preferente respecto a otros educadores e instituciones para elegir el tipo de educación que desean para sus hijos.
Todos los cristianos, puesto que por la regeneración, por el agua y el Espíritu han sido constituidos nuevas criaturas, y se llaman y son hijos de Dios, tienen derecho a la educación cristiana. La cual no persigue solamente la madurez de la persona humana, sino que busca, sobre todo, que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don recibido de la fe.La misión de la Iglesia es Evangelizar. La Escuela Católica entra de lleno en la misión salvífica de la Iglesia y particularmente en la exigencia de la Educación en la Fe.
De la catequesis esencial a los niños y adultos, a fin de encauzarlos a una madura vida sacramental, llevada a cabo en las misiones populares y en nuestras iglesias, la Congregación extendió muy pronto su acción hacia una integración de la fe en el conjunto de la cultura y de la persona humana mediante la "Educación Cristiana".